Analizer

miércoles, 9 de febrero de 2011

Holanda pierde su título de paraíso gay

Una imagen de 2006 imposible de repetirse ahora
¿Quién lo iba a decir? El país con fama de ser el más avanzado del mundo en materias sociales y libertades camina hacia atrás como los cangrejos. Pubs en donde se puede fumar marihuana, la prostitución legalizada o más de 2.000 bares que permiten fumar tabaco situaban a Holanda como ejemplo a seguir. Allí los gays y lesbianas disponían de un verdadero paraíso en donde poder vivir o ir de vacaciones con toda tranquilidad. Ahora tienen miedo.

La prensa holandesa lleva avisando hace tiempo, eso sí, suavemente para no ser tachada de musulmanofóbica (casi no me sale), que los musulmanes están dando palizas a los homosexuales y los tienen amedrentados. Las noticias son verdaderamente alarmantes porque la intolerancia se ha extendido. Un joven marroquí declaraba:

“Se lo buscan ellos mismo con su comportamiento un poco llamativo, un poquito sucio. Eso no puede ser, ¿eh? Cuando están haciendo la compra comienzan a besarse. Eso es una falta de respeto, no puede ser, ¿eh? Eso despierta la agresión. Hombre y mujer, okay, pero tendrían que mostrar un poco más de respeto”.

Le quieren echar la culpa a Geert Wilders, el líder ultranazi; fijaros si es nazi que defiende a los judíos y a los homosexuales. Wilders mantiene que el Islam no es compatible con la cultura Europea, clara demostración de su nazismo, pero como a él no le pueden pegar, pues le pegan a los homosexuales. Razonamiento lógico donde los haya.

En Utrecht sólo queda un bar gay. Cada vez tiene menos clientes porque deben soportar gritos y amenazas de los marroquíes. René Tigges relata como les gritan: “maricas asquerosos, maricones, ese tipo de insultos, sí”. También se queja de que la policía aunque esté presente no hace nada.

Los gays prefieren viajar a Berlín, París y Barcelona donde no corren peligro, porque en Ámsterdam se terminó pasear cogidos de la mano o darse besos en público, les toca disimular su condición sexual por miedo a las represalias. Ámsterdam cerró el otro día el último local clásico homosexual que quedaba, el café Downtown abierto hace 40 años. Un nuevo local llamado “Tabú. Volvemos a empezar de nuevo” se ha atrevido a abrir; su nombre lo dice todo.

El gobierno holandés afirma que va a tomar cartas en el asunto. Como en todas partes cuecen habas, no parecen muy preocupados por la seguridad de sus ciudadanos, sino porque ha descendido drásticamente los ingresos por turismo. Ahora quieren que Ámsterdam recupere el título de “Capital Gay”. Me temo que no lo van a conseguir, la población musulmana crece mientras los holandeses autóctonos disminuyen.

Décadas luchando por sus derechos para terminar a día de hoy teniendo que dejar incluso sus casas, algo que ni en los tiempos más oscuros les había pasado.

3 comentarios:

María José dijo...

¡ Que peligroso se esta poniendo Paco, que peligroso !.., y que haya europeos que encima hasta justifiquen el comportamiento de estos fanáticos me aterra...

Piedra dijo...

-A tu casa vendrán los que de tu casa te echarán-

Si es que, donde mejor están los marroquies es en marruecos.

El Islam es incompatible con cualquier cultura, una religión institucionalizada va en contra de la cultura de cualquier pueblo, ya que un pueblo culto busca sus propias respuestas y no recurre a la fe instaurada por otros para hallarlas.

Anónimo dijo...

Holanda debe hacer como Australia, si los musulmanes quieren vivir alli que se adaptaen a su idiosincrasia o que simplemente regresen al pais de donde vinieron y sigan pasando hambre y necesidades. Los fanaticos han tergiversado la religion musulmana y la denigran ante todo el mundo, por favor Holanda, abre los ojos antes de que sea demasiado tarde. Holanda es de los holandeses y basta...al que no le guste que regrese a su casa.