Ni sé los debates ni las teorías que han existido sobre cómo puede orientarse una paloma mensajera para volver a su palomar, que si era gracias al Sol y las estrellas, el campo magnético terrestre, una mezcla de todo o por percepción extrasensorial, porque a veces las palomas parecían tener verdaderos poderes paranormales para guiarse.
En la Primera Guerra Mundial nadie sabía cómo lo hacían pero volvían a su palomar aunque se hubiera movido del sitio. Los casos más llamativos fueron protagonizados por la marina británica, pero… ¿Cómo diablos localizaba una paloma un barco que se había desplazado kilómetros? Todo un misterio, pero el caso es que hacerlo lo hacían.
Siempre se ha sospechado que la mejor explicación estaba relacionada con el campo magnético. En general se admite que gracias a él las aves, y otros animales, pueden guiarse en sus migraciones, el cómo ya es más complicado, quizá algún tipo de detectores en el pico o incluso en el propio cerebro.
Las últimas investigaciones nos dejan más que perplejos. Han colocado sensores detrás del ojo del animal, para “ver” lo que él veía. El resultado es que una paloma no “siente” el campo magnético, es que lo ve; lo ve de verlo. De momento piensan que delante de ella se despliega una visión en forma de manchas oscuras y claras, que le permite darse cuenta de las variaciones que se han producido. De este modo una paloma mensajera podía localizar su palomar a bordo de un barco en movimiento, más allá de donde alcanza la vista común brillaría para ella como un faro en la lejanía.
Los militares nunca han dudado del uso actual de las palomas mensajeras. Ante una futura guerra en que lo primero que haría el enemigo es anular los sistemas de comunicación, las palomas serían primordiales para seguir transmitiendo mensajes. La reciente investigación aún aumenta más su valor. Conociendo la importancia de estos animales Francia mantiene unas 150.000 palomas militares.
En un alarde de inteligencia nuestro Ministerio de Defensa ha decidido que no hacen falta palomas mensajeras, en contra de la opinión de los militares ¡Cómo íbamos a mantener algo tan antiguo en un país supermoderno como el nuestro! Hay que ser progres. Todo sea por ahorrar en tiempos de crisis. El ejército tenía 300 palomas propias, que como se ve que era un gasto brutal, las eliminó en 2008. Se ejercía un control sobre las palomas mensajeras de los civiles por si era necesario utilizarlas, pues este año ya ni eso, se terminó el control. Si un día estalla una guerra y nos cortan las comunicaciones, haremos señales de humo o tocaremos el tambor disimuladamente para que el enemigo no se entere de nuestros mensajes.
España tiene una larga tradición en la cria de la paloma. Se han encontrado palomares en Cádiz con una antigüedad de 3.100 años. Los iberos representaban a su diosa Astarté rodeada de palomas y otros animales. Por lo menos esta antigua tradición no corre peligro al estar en manos de los aficionados, porque si se hace cargo el Gobierno, se lía a regularizar y normalizar el tema y podemos dar por seguro que se carga la tradición en aras del progreso y la cultura.
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