En el asilo un abuelo le dice a otro: ¿Tú te acuerdas del bromuro que nos daban en la mili?... pues creo que me está haciendo efecto.
Todo empezó porque hace meses unos vecinos se instalaron un depurador de agua de osmosis inversa, se me quedó rondando por la cabeza y a principios de este mes miré el tema. No tardé en chocar con la cuestión del yodo y el flúor, quise rebatir a los conspiranóicos y terminé seguro de que de no tener toda la razón tienen una buena parte. Aquí mi granito de arena a la cuestión después de consultar los análisis, documentos y datos oficiales.
En el siglo XIX se descubrió las propiedades del bromuro de sodio y comenzó a darse como si se tratara de la panacea para todos los males de excitación mental. Se usó en los manicomios para calmar a los locos, se suministró a los epilépticos, a los criminales violentos, a los soldados para tranquilizar su apetencia sexual, a las mujeres “ardorosas”, incluso a los niños rebeldes.
Cuando se dieron cuenta de la tremenda intoxicación que habían producido a diestro y siniestro, era demasiado tarde ¿La causa principal? Un exceso de bromuro en la comida y bebida. La medicina corrió un tupido velo y sólo quedó la leyenda del bromuro en la mili.
¡Uf! Menos mal que hoy estamos tan avanzados que eso no puede volver a pasar.
Como en los viejos tiempos ahora también nos dopan la comida y la bebida, nos ponen yodo en la sal y flúor en esa misma sal y en el agua para cuidar de nuestra salud, aunque dicen los conspiranóicos que lo del flúor es para bajar nuestro nivel mental y controlar la natalidad; desde luego, se le ocurre cada cosa a esta gente.
Para darles en el morro y negar toda conspiración malévola empecé por el yodo, aunque los conspiranóicos lo tienen olvidado.
Existen zonas que los alimentos contienen poco yodo y el bocio es un problema. Miré el nivel de yodo en mi tierra. En Valencia resulta que le podemos quitar el yodo con un plumero a una lechuga antes de comerla ¿Por qué diablos debo tomar yodo extra en una zona que lo tenemos por castigo? ¡Uy… uy… uy…!
El exceso de yodo bloquea la producción de hormonas por la tiroides, pudiendo llegar a producirte hipotiroidismo o hipertiroidismo. Todas las funciones orgánicas dependen de las hormonas tiroideas, para lo que nos interesa, si faltan el ritmo del funcionamiento del cuerpo disminuye, causando pesadez mental y física, se ve afectada la diferenciación sexual y causa esterilidad, en la mujer le impide una correcta ovulación, produce abortos y desarreglos en la menstruación, en el hombre problemas de erección, disminución de la libido y alteraciones en los espermatozoides.
Si durante años el suministro de yodo es sólo ligeramente superior a lo que necesita el cuerpo y no llegas a desarrollar una enfermedad ¿Produciría los síntomas de un exceso pero más atenuados?
Me sumerjo en la búsqueda de informes sobre el tema. Al ser una sustancia que se considera muy beneficiosa pocos especialistas han profundizado en sus pegas. Todo hace pensar que sí.
Entre otros trabajos en Chile un estudio de 10 años reforzó mis sospechas, haciéndome caer en otra cuestión. Aunque eliminaron el yodo de la dieta directa siguió apareciendo un nivel alto en la orina sin que pudieran descubrir su procedencia. Una vez introducida una sustancia en la cadena de alimentación es muy difícil de controlar. Algo similar a lo que decía Félix Rodríguez de la Fuente sobre el veneno para alimañas, pero aplicado en los alimentos humanos.
Un cosa de lógica común quedó clara, el yodo sólo se debe suministrar donde falta yodo, como toda sustancia química su suministro indiscriminado causa problemas de salud.
Aquí ya me tembló el pulso cuando comencé a pensar que no sólo me estoy haciendo mayor, sino que me han yodando desde hace muchos años.
Con el pulso nada firme empecé a buscar datos sobre el flúor…
Todo empezó porque hace meses unos vecinos se instalaron un depurador de agua de osmosis inversa, se me quedó rondando por la cabeza y a principios de este mes miré el tema. No tardé en chocar con la cuestión del yodo y el flúor, quise rebatir a los conspiranóicos y terminé seguro de que de no tener toda la razón tienen una buena parte. Aquí mi granito de arena a la cuestión después de consultar los análisis, documentos y datos oficiales.
En el siglo XIX se descubrió las propiedades del bromuro de sodio y comenzó a darse como si se tratara de la panacea para todos los males de excitación mental. Se usó en los manicomios para calmar a los locos, se suministró a los epilépticos, a los criminales violentos, a los soldados para tranquilizar su apetencia sexual, a las mujeres “ardorosas”, incluso a los niños rebeldes.
Cuando se dieron cuenta de la tremenda intoxicación que habían producido a diestro y siniestro, era demasiado tarde ¿La causa principal? Un exceso de bromuro en la comida y bebida. La medicina corrió un tupido velo y sólo quedó la leyenda del bromuro en la mili.
¡Uf! Menos mal que hoy estamos tan avanzados que eso no puede volver a pasar.
Como en los viejos tiempos ahora también nos dopan la comida y la bebida, nos ponen yodo en la sal y flúor en esa misma sal y en el agua para cuidar de nuestra salud, aunque dicen los conspiranóicos que lo del flúor es para bajar nuestro nivel mental y controlar la natalidad; desde luego, se le ocurre cada cosa a esta gente.
Para darles en el morro y negar toda conspiración malévola empecé por el yodo, aunque los conspiranóicos lo tienen olvidado.
Existen zonas que los alimentos contienen poco yodo y el bocio es un problema. Miré el nivel de yodo en mi tierra. En Valencia resulta que le podemos quitar el yodo con un plumero a una lechuga antes de comerla ¿Por qué diablos debo tomar yodo extra en una zona que lo tenemos por castigo? ¡Uy… uy… uy…!
El exceso de yodo bloquea la producción de hormonas por la tiroides, pudiendo llegar a producirte hipotiroidismo o hipertiroidismo. Todas las funciones orgánicas dependen de las hormonas tiroideas, para lo que nos interesa, si faltan el ritmo del funcionamiento del cuerpo disminuye, causando pesadez mental y física, se ve afectada la diferenciación sexual y causa esterilidad, en la mujer le impide una correcta ovulación, produce abortos y desarreglos en la menstruación, en el hombre problemas de erección, disminución de la libido y alteraciones en los espermatozoides.
Si durante años el suministro de yodo es sólo ligeramente superior a lo que necesita el cuerpo y no llegas a desarrollar una enfermedad ¿Produciría los síntomas de un exceso pero más atenuados?
Me sumerjo en la búsqueda de informes sobre el tema. Al ser una sustancia que se considera muy beneficiosa pocos especialistas han profundizado en sus pegas. Todo hace pensar que sí.
Entre otros trabajos en Chile un estudio de 10 años reforzó mis sospechas, haciéndome caer en otra cuestión. Aunque eliminaron el yodo de la dieta directa siguió apareciendo un nivel alto en la orina sin que pudieran descubrir su procedencia. Una vez introducida una sustancia en la cadena de alimentación es muy difícil de controlar. Algo similar a lo que decía Félix Rodríguez de la Fuente sobre el veneno para alimañas, pero aplicado en los alimentos humanos.
Un cosa de lógica común quedó clara, el yodo sólo se debe suministrar donde falta yodo, como toda sustancia química su suministro indiscriminado causa problemas de salud.
Aquí ya me tembló el pulso cuando comencé a pensar que no sólo me estoy haciendo mayor, sino que me han yodando desde hace muchos años.
Con el pulso nada firme empecé a buscar datos sobre el flúor…
¡Ops! Noticia de última hora, el yodo también lo ponen en el agua.
Un vídeo informativo, porque como nos toquen esta glándula lo tenemos claro.
3 comentarios:
Muy interesante Paco. Te comento que en México, pais que sabes que viví varios años, es muy típico que la sal se venda yodada, porque dicen que hay defecto de iodo, o lo decían. Buen artículo como siempre, con ese sentido de humor que tanto me gusta.
Un besazo :-)
Mari Jose
Muchas gracias. Lo de México es increíble. Jamás podría publicar en un blog todos los datos que he localizado, haría falta una enciclopedia.
¡¡¡Tacaña!!! Un sólo besazo ¡Un montón para ti!
:P
Hola Paco, pues he estado hablando con una amiga embarazada de dos meses, que se llevaba tiempo encontrando mal, y ha sido dejar las pastillas de yodo que le habían mandado, y recomponerse un poco.
Parece que por sistema, a todas las mujeres embarazadas les hacen tomarse yodo, sin más ni más, sin tener en cuenta que les pueden alterar la tiroides. Parece que hay una campaña por los centros de ginecología, carteles donde dice que se debe tomar. En concreto el medicamento que ha tenido que dejar porque la estaba "intoxicando" se llama "yodofol".
Besitos :*
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