Marruecos y el cáncer en el Rif

En la zona del Rif, territorio compartido entre Marruecos y España (allí están Ceuta y Melilla) los españoles y los rifeños, un pueblo berebere, mantuvimos guerras entre 1893 y 1927, junto a nosotros intervinieron tropas francesas y los sultanes de la zona.

Hoy en día existe en el Rif un periódico llamado Arifi, que traducido quiere decir “El Rifeño”, gracias a él nos enteramos de cosas que los medios de comunicación españoles se callan bien callados. Pues bien, a principios de este mes Arifi publicaba que nuestra jefaza de Exteriores, Trinidad Jiménez; por cierto, próxima ganadora del premio “El engaño del año” por su actuación en el tema del Sahara, se reunió en noviembre con Taieb Fassi-Fihri, ministro de Exteriores de Marruecos. Entre los temas tratados estaba de nuevo el de que paguemos indemnizaciones a los habitantes del Rif por la guerra que terminó hace 84 años.

La excusa para esta vieja exigencia viene del uso de armas químicas por parte del ejército español. Durante los últimos años de la guerra fueron lanzadas unas 12 toneladas de armas químicas, especialmente gas mostaza. Marruecos dice ahora que la gente del Rif esta muriendo de cáncer por culpa de aquellos productos; eso sí, lo afirma sin presentar ninguna prueba científica. No quieren sólo indemnizaciones, también que les construyamos dos hospitales y que el gobierno español pida perdón públicamente. Va y nuestra muy queridísima Trinidad Jiménez no le dijo un “NO” como una catedral.

Si fuera cierto que aquellos productos químicos son los causantes del problema de cáncer actual en la zona, buena parte de Europa estaría hoy en día prácticamente despoblada. En al Primera Guerra Mundial se lanzaron 125.000 toneladas de las misma armas, sin embargo no se han detectado jamás un aumento significativo de cáncer ligado a aquella salvajada bélica. Murieron 100.000 soldados en el frente y más de 1.000.000 fueron afectados.

Aquí pasa lo de siempre, lo primero es el dinero, enseguida a pedir indemnizaciones, en lugar de averiguar qué está causando el cáncer y ayudar de verdad a la gente, porque por mucho que busco no he encontrado ni la más mínima investigación científica sobre la cuestión por parte de Marruecos. Sólo declaraciones de supuestos sobrevivientes que hablan de bombardeos peores que el de Dresden, cuando un avión español de la época podía lanzar muy pocas bombas que apenas causaban efectos. El primer aviador español que las dejó caer en el Rif fue Ignacio Hidalgo de Cisneros y sobre sus pobres resultados escribía: “La causa fue la falta de concentración en las cuatro o seis bombas que como máximo se lanzaban y que se volatilizaba con la explosión. La cantidad que caía en el terreno era tan pequeña que no producía efecto”.

Para los aficionados a la historia como yo no cabe duda de que si el cáncer es una epidemia en el Rif, su origen es más moderno. Los bereberes nunca quisieron formar parte de Marruecos y desde su creación como país en 1956 siempre han resultado un problema. En 1958 se levantaron en armas contra lo que consideraron una invasión. Al principio tuvieron éxito ayudados bajo mano por España, hasta que en 1959 el recién formado ejército marroquí desató una lluvia de terror sobre ellos.

Aquel ejército novato no podía invadir por tierra la zona, la solución fue lanzar ataques masivos desde el cielo con NAPALM, fósforo blanco y bombas de fragmentación. Las operaciones fueron dirigidas por oficiales franceses, encargándose de la supervisión el príncipe Mulay Hasan, que cuando subió al trono fue conocido como Hasan I. Más de 8.000 personas murieron en los bombardeos en un auténtico genocidio. Los rebeldes se rindieron al poco tiempo.

¿Miramos qué produce el NAPALM y el fósforo blanco a lo largo del tiempo? Creo que no hace falta, basta ver los resultados actuales en las poblaciones de otras viejas guerras para ver sus efectos. El Gobierno de Marruecos debería realizar acciones reales para ayudar a los habitantes del Rif, enviar equipos científicos, averiguar las causas del problema y tomar medidas que salven a la población, en su lugar se limita a intentar sacarle dinero a España. Si el Rif necesita ayuda científica los españoles seríamos los primeros en colaborar.