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viernes, 10 de septiembre de 2010

Usa nos usa o las dudas sobre el 11S 2/2

En la Primera Guerra Mundial los insidiosos alemanes publicaron en los periódicos de los Estados Unidos una nota de aviso sobre que hundirán el Lusitania como entrara en zona de guerra. El 7 de mayo de 1915 el sumergible alemán U-20 lanzó un torpedo contra el trasatlántico inglés con pasajeros estadounidenses a bordo que navegaba en la zona de guerra, la carga bélica que llevaba de contrabando explotó y se hundió.
¡Ataque a traición! Gritaron los medios de comunicación. No obstante, pese a la gigantesca campaña de publicidad para entrar en la guerra tras el inesperado y traidor ataque, no se consiguió. Entonces los alemanes comenzaron a realizar actos de terrorismo por toda la nación. Que conste, sólo alemanes, nada de austriacos, turcos u otros aliados, sólo alemanes.
Dos años después los estadounidenses seguían reacios a declarar la guerra, muchos descendían de europeos y sus familiares todavía vivían en el Viejo Continente. El 6 de abril de 1917 el presidente Woodrow Wilson, que había ganado las elecciones diciendo que no entraría en la guerra, consiguió al fin que el congreso y el senado aprobaran la declaración de guerra, pero algo fallaba, los Estados Unidos no entraban como aliados sino como asociados, el pueblo se resistía a una guerra total, lo que limitaba mucho las acciones bélicas. Los estadounidenses no se presentaban masivamente voluntarios para ir al frente. Sólo un hecho criminal podía cambiar la opinión popular.
Entonces ocurrió el más infame de los ataques terroristas; era el no va más de la demostración de la maldad alemana. El 10 de abril de 1917 los alemanes realizaron una acción tan cruel como vil, tan traidora como criminal, al matar docenas de inocentes niñas. La historia es tan extraña como siempre.
En 1916 la fábrica de municiones Eddystone en Chester, Pensilvania, contrató 1000 niñas y chicas jóvenes, con la excusa de que los hombres se irían a la guerra, supongo que en realidad para pagarles un sueldo miserable haciéndolas trabajar 36 horas al día..
Pronto corrió el rumor de que Trotski había dado orden de sabotear la fábrica pues las armas tenían como destino al ejército ruso democrático dirigido por Kerensky. A las 9,55 de la mañana mientras trabajaba un turno de 380 niñas se produjo una enorme explosión seguida de dos más pequeñas que causaron 133 muertos y un número no determinado de heridos. La comisión de investigación decretó que habían sido los alemanes, incluso encontraron una carta firmada por el propio terrorista en donde se describían los planes. Un poco más y pone su número de la seguridad social adjuntando una foto.
Los medios de comunicación arremetieron contra Alemania y el día 13 más de 12.000 indignados estadounidenses acudieron a los funerales. Una cantidad muy respetable en 1917 tratándose de un apartado y pequeño pueblo.
A fecha de hoy nadie sabe si fueron los rusos, los alemanes o un “accidente” (ejem, ejem), incluso existe una versión sobre que fue el mexicano Emiliano Zapata. Como es habitual la comisión de investigación no aclaró nada.
Hasta ese momento cuatro gatos se habían acercado a la caja de reclutas para enrolarse voluntarios, tras la campaña de prensa y radio las colas fueron enormes.
¿Qué escribir sobre Pearl Harbor? Se ha escrito tanto. El 7 de diciembre de 1941 los japoneses atacaron por sorpresa la principal base de los Estados Unidos en el Pacifico obligándoles, muy a su pesar, a entrar en guerra.
Lo de sorpresa es un decir porque todo el mundo sabía que la iban a atacar, sino esa base la base de al lado, por ejemplo, el peruano Ricardo Rivera Schreiber, el yugoslavo Dusko Popov, el chino Kilsoo Haan o el judío Joseph Leib. Por saberlo lo sabía hasta el periódico español La Vanguardia que el día 4 avisaba de la concentración de la flota japonesa. Se ve que Roosevelt no se leía La Vanguardia.
Lo cierto es que provocaron a los japoneses con embargos, sanciones y amenazas obligándolos a entrar en guerra, para luego echarles en cara haberla comenzado. Una estrategia que habían usado anteriormente con éxito, cuando les tocaron tanto las castañuelas a los chinos en 1898 que los bóxers se revolucionaron. Para que te hagas una idea, cuatro periódicos publicaron que iban a demoler la muralla china. Todo para ayudar a Inglaterra en su empeño por ser los mayores narcotraficantes del mundo tras la Guerra del Opio.
No habían terminado de firmar la paz y se metieron en otro lío. Corea era una colonia japonesa a la que se le prometió la integridad de su territorio, a la primera de cambio la dividieron entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, poniendo cada uno a un gobierno títere. Durante varios años se produjeron incidentes fronterizos azuzados por los Estados Unidos que terminaron en auténticas batallas, incluyendo una batalla naval. Vamos, más o menos como están haciendo en la actualidad. Al final el 25 de junio de 1950 Corea del Norte invadió a Corea del Sur pasando a la historia como la iniciadora de la guerra.
Llegamos a Vietnam. El 2 de agosto de 1964 el Vietcong atacó a traición, como siempre, al destructor Maddox y dos días después al Tumer Joy, ante la infamia los Estados Unidos declararon la guerra. Para que los televidentes supieran lo malos que eran los vietnamitas comunistas la televisión dio la noticia y el lugar del ataque se marcó con la cruz de los caballeros teutones, usada por el ejército alemán.
Ninguno de los dos incidentes fue cierto. Simples historias inventadas por el presidente Johson y el sabiondo de Robert McNamara para saltarse al congreso. Encima McNamara se permitió el lujo de dejar para la posteridad sus once lecciones que mejorarían el mundo.
Nuestros dirigentes saben que el pueblo no tiene memoria, prácticamente nadie está al tanto de estos acontecimientos. El 11S no es el primer ataque sorpresa que recibe Estados Unidos, ni la primera vez que sus ciudadanos mueren de esta forma, ni la primera vez que sus medios de comunicación acusan sin pruebas a sus enemigos.
Ahora sólo falta esperar 100 o 200 años para saber si fue o no fue un autoatentado, pero como decía mi difunta abuela “Aprende bien este eslogan: Según te ven te catalogan”.

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