En la primavera del año pasado el general José Julio Rodríguez, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, nos sorprendía declarándose a favor de vender el ejército a particulares. Enseguida me saltó la imagen de la película Robocop en la que la policía pertenece a una empresa privada, algo que parecía pura cienciaficción, pues como siempre, paso a paso hasta hacer la ficción realidad.
Era de esperar que no se hablara directamente de dejar la seguridad nacional en manos de empresas privadas, el término que se usa para disimular es “externalización”. Se empezó concediendo servicios, como las cocinas o la limpieza, a firmas particulares, para pasar a dejar la seguridad de los cuarteles y almacenes de armas en manos de vigilantes armados ¿Militares protegidos por vigilantes? Pues aunque parezca un disparate la respuesta es sí, y encima nos cuesta un dineral
En los últimos años se ha dejado en manos privadas, por 5,1 millones de euros, la seguridad de los cuarteles y por 4,1 la de los hospitales militares. En agosto de 2009 fue concedido este privilegio a Segur Ibérica, S. A. por 1,93 millones por el plazo de dos años, así que dentro de unos meses toca renovar. Este último contrato preocupó más todavía a los militares al quedar en manos privadas los centros de investigación y los almacenes de armas especiales.
Para darle una vuelta más al tornillo de la privatización camuflada del ejército, el próximo mes de febrero comienza el adiestramiento de los agentes de seguridad privada que reemplazaran en parte a los soldados que protegen a los barcos contra los piratas en la Operación Atalanta.
Los militares no se han callado ante esta perdida de soberanía nacional, pues estas empresas no son de capital español. Por ejemplo, pese a su nombre, Segur Ibérica es extranjera, sólo Corpfin Capital y Nmás1 Private Equity poseen más del 70% de las acciones. Basta leer el nombre de estas empresas, cara a la galería aparentemente también españolas, para hacerse una idea de lo españolas que son.
Como los militares tienen la mala costumbre de usar sus derechos constitucionales y no se callan, la solución del gobierno es hacerlos callar a la fuerza a base de otro decretazo con la Ley de Derechos y Deberes de la ministra Carme Chacón. Por no poder, los militares no van ni a poder tener asociaciones. Para mí que no militarizan a los militares porque sería rizar el rizo, pero ya se les ocurrirá algo. De momento tienen prácticamente prohibida la libertad de expresión, de reunión y de manifiesto. Y todo porque los militares se empeñaron en poder cumplir "las misiones que la Constitución Española les encomienda al servicio del pueblo al que sirven y al que pertenecen".
¿Qué será lo siguiente? ¿La policía? Porque detrás del ejército tiene poco sentido que la policía no sea una empresa privada compuesta también por agentes de seguridad. Todo sea que terminemos llamándolos y como no estés al día con las cuotas o debas dinero a algún organismo oficial te digan que no acuden a ayudarte por ser un moroso. Robocop no está tan lejos como parece.
2 comentarios:
La verdad es que si el ejercito actualmente no está privatizado, si que está en manos extranjeras, ya que la mayoría de la tropa son inmigrantes.
¿Te imaginas un conflicto contra marruecos donde la fuerza que debiera defendernos estuviese formada en su mayor parte por marroquies?
Y sobre la privatización de la policía: en hospitales, metro, juzgados y otros servicios públicos hace tiempo que hay guardas jurados ademas, o a veces en lugar, de policía o G.civil.
¿Sale mas barato un Jurado que un pikoleto en la puerta de un juzgado?
-Lo dudo. Y a veces mas que jurados son "porteros de discoteca" , es decir sin formación ni educación profesional.
Hay un videojuego llamado MetalGear donde también los ejércitos están formados por empresar privadas, que proveen mercenarios para luchar en las múltiples guerras que existen, del bando del quien pague los honorarios. Da lo mismo dónde, por qué y contra quién.
La guerra es necesaria para sostener la economía del mundo, la gran industria del armamento, de la biotecnología bélica, y los puestos de trabajo de los militares.
Y no dista mucho de la realidad. Sean los ejércitos privados o nacionales, al final van a luchar por los intereses económicos de una gran corporación.
En cuanto a lo que comenta Piedra, creo que un soldado que ha recibido una disciplina castrense y convive un tiempo en grupo, luchará por sus compañeros y por quien le paga. Eso es más poderoso que la nacionalidad.
Lo realmente preocupante no es la composición de las tropas, sino quién les paga, que será quien dé las órdenes.
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