Existen las conspiraciones, aunque es por nuestro bien

¿Qué de qué? ¿No existen las conspiraciones? Resulta que sí pero no son conspiraciones. Eso afirma el afamado The Economist el 20 de este mes. Se ve que el título que le pusieron al artículo les pareció demasiado fuerte: “Poderoso Globalcrat, las elites ejecutan las cosas, no es una conspiración”, así que lo cambiaron a las pocas horas por “El mundo del agua de los refrigeradores”, que debe ser una frase hecha, en ingles, que al traducirla pierde su significado; vamos, digo yo.

El caso es que reconoce esas reuniones a puerta cerrada donde se toman las decisiones de cómo irá el mundo. Hasta hace un par de años decir que existía el Club Bilderberg o la Trilateral, te pasaba directamente a la categoría de los que se ponen un gorro de papel de aluminio para que la CIA no se meta en su cabeza. Ahora hasta los periodistas de prestigio se ven obligados a reconocerlo.

El artículo pone por las nubes a sus componentes. Son santos varones que han salvado al mundo de guerras, crisis políticas o económicas. Únicamente se reúnen por el bien de la humanidad. Dice el diccionario que conspirar es ”llegar a un acuerdo varias personas para hacer algo, especialmente si es ilícito o perjudicial para otro”. Pensar que los hombres más poderosos del mundo se juntan para algo que no sea preocuparse por su propios fines, es algo más que ser un inocente total.

Ahora voy a ser yo el inocente, porque me preguntó quién les ha elegido a ellos para gobernar el mundo ¿De verdad los ciudadanos vivimos en democracias? No podía resistirme a escribir esto. Todos sabemos la respuesta. Lo indignante es que ya ni se ocultan, han conseguido tal dominio sobre los países que encima se burlan de nosotros descaradamente.