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sábado, 5 de marzo de 2011

El ministro vidente que predijo el futuro

Menudo susto nos dio el 18 de junio de 1977 un señor muy serio que apareció en televisión. Era don Enrique Fuentes Quintana, el hombre encargado por el Gobierno para arreglar la economía española. Don Enrique, un economista de prestigio y un alto funcionario, entraba en política obligado por las condiciones del país. Estábamos en plena transición y necesitábamos realizar cambios económicos profundos.

Han pasado más de 33 años y las palabras de don Enrique resultan proféticas hoy en día. España no podía seguir pidiendo préstamos. En 1975 debíamos 3.500 millones de dólares, en 1977 ya íbamos por 5.000 millones y eso había que pararlo. Al pobre se le pondrían los pelos de punta si viera nuestra deuda actual, os recomiendo que os sentéis para leerla, son 2.447 millones de millones de dólares, que se dice pronto. La cifra está sacada del Banco de España a fecha de septiembre del año pasado (a ver si la actualizan), en este momento ni se sabe lo que debemos.

Las cifras cantan y como don Enrique predecía en todos estos años hemos vendido al resto del mundo muchísimo menos de lo que le hemos comprado, igual que una familia gastando más que gana. Para poder aparentar que somos un país próspero nos hemos limitado a pedir dinero prestado sin descanso, llevamos 35 años viviendo de prestado y encima malgastando como si fuéramos ricos.

Don Enrique estaba preocupado por el 5% de paro que existía en su época, el actual superior al 20% le haría echarse las manos a la cabeza. Otra de sus preocupaciones era "esa lacra improductiva que es la especulación con el suelo", porque los que vivimos esa época y de algún modo formábamos parte del sistema económico, sabemos que la famosa burbuja de la construcción es muy anterior a lo que se está diciendo ahora. Ha sido como una pequeña bola de nieve que se transforma en gigantesca cuando llega al final de la pendiente y arrasa con todo.

En realidad este economista era un defensor de liberalismo, idea a la que siempre me he opuesto. Por mucho que se intente ocultar y camuflar el liberalismo es la clásica estafa piramidal llevada hasta las últimas consecuencias. Don Enrique no duró más que unos meses en su puesto, dimitió, y murió en 2007, cuando comenzó la crisis que no sabemos a dónde nos llevará. Aquí tenéis la famosa intervención del ministro vidente y profeta.

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