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domingo, 23 de enero de 2011

El monstruoso Pie Grande que sí fue cazado

Paseando por la red vi el título de una película que me sorprendió: “El hombre salvaje del Navidad” (2008). Incluía la leyenda típica esa de “basada en hechos reales”. ¡Ops! Esa historia la conocía yo ¿Y habían hecho una película de ella? No me la podía perder. Me preparé un bocata de paté y queso, una cervecita y me puse a verla.

La historia ocurrió en los años 30 y 50 del siglo XIX, cuando vi la película ambientada, más o menos, en los 70 del siglo XX ya empezó a olerme mal. Ver al hombre salvaje transformado en un monstruo gigante que destripaba a sus víctimas, comía caballos, vacas, perros, humanos y todo bicho que pillaba, ya te hacía pensar que más bien estaba basada en hechos irreales. El final (que no desvelaré por si queréis verla) es algo que no tiene nada que ver con lo sucedido.

¿Qué fue el misterioso hombre salvaje? Los hechos ocurrieron en las inmediaciones del río Navidad en Texas. Era el principio de la colonización del territorio recién robado a México; perdón, adquirido (vaya forma de traicionarme el inconsciente). Los nuevos colonos comenzaron a recibir las visitas de unos misteriosos seres. Mirad si eran extraños estos seres que les robaban las patatas, el maíz y los boniatos, les cogían herramientas y las devolvían limpias. Para estos colonos no existió jamás ninguna duda, se trataba de dos o quizá tres esclavos negros huidos, así que les dejaban realizar estos pequeños hurtos para que pudieran alimentarse.

Con el tiempo los rastros indicaron que uno debía haber muerto y por el tamaño de sus huellas la gente supuso que había quedado una mujer. A partir de ese momento, la mayoría lo tenía clarísimo, era una mujer y los testigos comenzaron a ver a esa mujer. Aunque nunca representaron ningún peligro se hicieron varios intentos por capturarles, hasta que en 1850 el misterioso hombre salvaje fue por fin detenido. La jauría de perros lo encontró subido en un árbol. El pobre hombre estaba tan aterrorizado que no pudo bajar y tuvieron que subir a por él.

La que era conocida por “la mujer salvaje del Navidad” terminó siendo un hombre (para que te fíes del testimonio humano). Tras su detención fue interrogado por un marino que sabía su lengua. Se trataba de un africano vendido por sus padres como esclavo, a la llegada a los Estados Unidos había conseguido escapar cerca de un gran río, junto con otro esclavo muerto hacía años. Como en 1850 todavía existía la esclavitud, fue vendido de nuevo, aunque acabó sus días como un hombre libre tras su abolición.

¿Cómo terminó siendo un Pie Grande? Resulta que un escritor llamado J. Frank Dobie publicó en 1955 un libro titulado Cuentos de Texas a través del tiempo, en donde narraba la historia del hombre salvaje, eso sí, añadiéndole un montón de tintes de misterio y sin decir en ningún momento que de misterio no tenía nada. Con la llegada de la criptozoología traducir hombre salvaje a Pie Grande fue lo más sencillo del mundo, y un drama humano terminó siendo un cuento de miedo para turistas.

Si la gente ya iba al río Navidad a ver si por casualidad aparecía el terrible Píe Grande, sólo ha faltado la película para transformar aquello en un circo. No hay nada como creer para ver, porque ahora existen testigos que afirman haber visto no a uno de estos seres, también a una familia entera.

Yo que me esperaba una película sobre ese drama humano, acabé viendo una de terror de la serie B que encima es lo más alejado a la realidad que te puedas imaginar. De este modo se han creado muchas historias paranormales y aunque alguien aporte una tonelada de pruebas, el que quiere creer lo hará pese a todo y contra todo.

1 comentario:

Piedra dijo...

Es que a veces la realidad no vende.